Por: Renata Mello
Imagem de Capri23auto por Pixabay
PORTUGUÊS
Viajar para terras distantes sempre foi uma prática humana, devido a necessidade de uma vida melhor, seja por fuga de um acidente natural, por guerras, por questões financeiras, por conquistas territoriais ou simplesmente pela curiosidade sobre o inusitado.
É certo que efetuar uma mudança geográfica ficou facilitada com a inserção de meios de transporte mais eficientes, como trens de alta velocidade e aviões. No entanto, dependendo da razão da viagem, nem sempre é possível chegar a nova terra almejada de maneira tranquila e confortável. De qualquer forma, sempre se exigiu muita coragem para se cruzar a fronteira do conhecido e se tornar um imigrante.
Ser um imigrante, dentro de uma visão poética, significa que seu coração se divide em dois territórios ou mais. Existe um forte amor pela terra natal e simultaneamente há uma outra parte afetiva que vai sendo construída neste novo lugar. Pouco a pouco a bagagem da partida contendo objetos e fotos que recordam a família e amigos se mesclam com outros elementos do novo mundo.
Viver em outro país sempre foi e será desafiador, pois se faz necessário deixar seu habitat confortável para se aventurar no desconhecido. Emoções como o medo e a euforia se mesclam constantemente. O porvir será auspicioso ou não, dependendo da sorte de cada um. No caminho haverá sempre pessoas que te apoiarão e outras que te desafiarão. De qualquer maneira, todas chegarão para te ensinar algo.
Nunca haverá uma idade adequada para passar por essa experiencia. Em qualquer fase da vida o desafio ocorrerá em menor ou maior grau. Nos primeiros anos de vida será mais fácil para se adaptar a vida local e apreender corretamente o idioma. Na juventude, o espírito estará mais aberto a romper com o estabelecido, podendo se tornar uma vantagem, mas também um perigo caso não possua uma base fortalecida de princípios.
Na fase adulta, às vezes, pode custar mais, pois já foram construídas algumas coisas na vida e os hábitos já foram consolidados. Em contrapartida, por haver mais maturidade é possível ganhar em experiencias mais profundas que podem transformar a alma. Tudo dependerá de cada pessoa.
Não importa a idade, sempre haverá ganhos e perdas. O velho território constantemente fica na memória enquanto o novo pouco a pouco vai presenteando amigos, te convidando a viver distintas experiencias e ampliando sua visão de mundo. Mesmo que um dia regresse, nunca mais será como antes.
Aprenderá também a encarar o preconceito! Infelizmente ele ainda existe e causa exclusões. As razões são diversas, seja pela raça, classe social, diferença cultural, enfim, um imigrante seguramente viverá em algum momento atos de preconceito e aprenderá a viver apesar disso.
Como benefício de todas essas vivencias receberá o fortalecimento do espírito e a expansão da consciência. Se estiver receptivo, poderá também descobrir um segredo escondido! Reconhecerá que todos os seres humanos são iguais, com sonhos e temores. Poderá entender que a divisão territorial é apenas uma ilusão e que para o amor entre as pessoas não existe fronteiras! Somos todos um!
Ser inmigrante en el siglo XXI
POR: Renata Mello
ESPAÑOL
Viajar a tierras lejanas siempre ha sido una práctica humana, debido a la necesidad de una vida mejor, ya sea por escapar de un accidente natural, guerras, problemas financieros, conquistas territoriales o simplemente por curiosidad sobre lo inusual.
Es cierto que hacer un cambio geográfico se hizo más fácil con la introducción de medios de transporte más eficientes, como los trenes de alta velocidad y los aviones. Sin embargo, dependiendo del motivo del viaje, no siempre es posible llegar a la nueva tierra deseada de una manera tranquila y cómoda. En cualquier caso, se necesitó mucho coraje para cruzar la frontera de lo conocido y convertirse en inmigrante.
Ser inmigrante, dentro de una visión poética, significa que su corazón está dividido en dos territorios o más. Hay un fuerte amor por la patria y al mismo tiempo hay otra parte afectiva que se está construyendo en este nuevo lugar. Poco a poco, el equipaje de salida que contiene objetos y fotos que recuerdan a familiares y amigos se mezcla con otros elementos del nuevo mundo.
Vivir en otro país siempre ha sido y será un desafío, ya que es necesario dejar su cómodo hábitat para aventurarse en lo desconocido. Emociones como el miedo y la euforia se mezclan constantemente. El futuro será auspicioso o no, dependiendo de la suerte de cada uno. En el camino siempre habrá personas que lo apoyarán y otros que lo desafiarán. De cualquier manera, todos vendrán a enseñarte algo.
Nunca habrá una edad adecuada para pasar por esta experiencia. En cualquier etapa de la vida, el desafío ocurrirá en mayor o menor grado. En los primeros años de vida será más fácil adaptarse a la vida local y aprender el idioma correctamente. En la juventud, el espíritu estará más abierto a romper con lo establecido, lo que puede convertirse en una ventaja, pero también en un peligro si no tiene una base de principios fortalecida.
En la edad adulta, a veces puede costar más, ya que algunas cosas ya fueron construidas en la vida y los hábitos ya se consolidaron. Por otro lado, la persona con más madurez, puede obtener experiencias más profundas que llevan a transformación del alma. Todo dependerá de cada persona.
No importa la edad, siempre habrá ganancias y pérdidas. El antiguo territorio está constantemente en la memoria, mientras que el nuevo poco a poco está dando regalos como amigos, invitándolo a vivir diferentes experiencias y expandiendo su visión del mundo. Incluso si algún día regresa, nunca volverá a ser el mismo.
¡También aprenderás a enfrentar los prejuicios! Lamentablemente, todavía existe y causa exclusiones. Las razones son diversas, ya sea debido a la raza, clase social, diferencia cultural, en resumen, un inmigrante seguramente experimentará actos de prejuicio en algún momento y aprenderá a vivir a pesar de esto.
Como beneficio de todas estas experiencias, recibirás el fortalecimiento del espíritu y la expansión de la conciencia. Si eres receptivo, ¡también puedes descubrir un secreto oculto! Reconocerá que todos los seres humanos son iguales, con sueños y miedos. ¡Puedes entender que la división territorial es solo una ilusión y que para el amor entre las personas no hay fronteras! Todos somos uno!